lunes, 11 de agosto de 2008

Los muertos bailan


He querido con el mayor de los agrados, compartir con ustedes un verdadero esplendor para los sentidos por medio de varios posts que después de este, seguirán viniendo. Primero que nada, es música para acariciar los tímpanos, y también lo es para acurrucar la imaginación. Porque esta música es cinética, para lograrlo hay que cerrar los ojos.

Dead Can Dance es una de mis bandas favoritas de todos los tiempos. Es prácticamente imposible asignarle un sólo género musical, porque trasciende a todos y se convierte con su mayor sencillez en simplemente: música. En este primer álbum tradicionalmente se les incluyó dentro de un amplísimo género llamado "Goth", a donde va todo lo que suene a romántico-medieval-oscuro-vampírico-épico-fantástico. Las percusiones de este disco así como las nunca-suficientemente-alabadas-voces de Brendan Perry y Lisa Gerard hacen de éste, realmente, un hito de la humanidad en su conjunto universal.

Fue formada en Melbourne, Australia, allá por 1981. Se movieron a Londres y desde 1982 le dieron vida a la muerte con su primer álbum. Cuando les preguntaron ¿por qué el nombre de "Dead Can Dance"?, contestaron que "es lo que hacemos, como la máscara y quienes la hicieron, brindamos vida a lo inanimado, la madera cobra vida cuando se vuelve máscara y alguien la hace danzar, es una apología a la creatividad, a la creación, de lo inanimado a la vida, un instrumento es un objeto, algo inanimado, pero brinda música, brinda vida, de la muerte a la vida". Para mí es una perfecta emulación que el hombre hace de su dios, cuando éste es representado como dador de vida y creador. El hombre crea, transforma y da vida. Dead Can Dance.




No hay comentarios: