domingo, 9 de agosto de 2009

Nocturna


"Cuando era pequeño y crecía y crecía (...aun sigo creciendo hoy en día), realmente disfrutaba de leer una buena historia de vampiros..." Así comienza Guillermo del Toro la presentación de su libro "NOCTURNA" (The Strain, nombre original en inglés), el cual escribió junto a Chuck Hogan.

¿Habrá una explicación más sencilla para todos aquellos amantes del género?


Inmediatamente después dice algo con lo que me identifico plenamente: "... pero una pavorosa historia de vampiros, no una de estas historias románticas del joven lánguido succionando los cuellos de gente bella. A mí me encantan las historias escalofriantes de no-muertos."

Obviamente muestra su rechazo, como buen seguidor de vampiros de la vieja escuela, a toda esa nueva línea que se ha impuesto como moda en el mundo de la literatura y el cine, la cual ha despojado de toda malignidad y oscuridad a los seres de la noche y les ha conferido únicamente, un perfil de eternos amantes curtidos de belleza sobrenatural y protagonistas de historias románticas bien 'light', sangre con mucha azúcar.


Y así es precisamente la historia que ha escrito junto a Hogan. Vampiros temibles, viejos, poderosos, poco románticos y que seguramente nadie quisiera como amantes. La trama se desarrolla (¿en dónde más?) en la ciudad de Nueva York y tiene como protagonistas (fiel a la naturaleza de la ciudad y a nuestros tiempos) a un grupo "multicultural" conformado por un profesor inmigrante judío, un científico anglosajón, una científica latina, un exterminador de plagas de padres rusos y a un chicano.


Si bien Del Toro y Hogan no rompen con la tradicional estructura y composición de novela vampírica (tiene su Drácula, su Van Helsing, su Jonathan Harker, etc.), su valor radica en la modernización del mito, en otorgarle una verosimilitud espeluznante, en manejar conceptos, lugares, vivencias y un lenguaje de tiempos contemporáneos. Es la posibilidad real de la existencia del mito, hoy, aquí, a través de explicaciones bien fundamentadas que, como dice el propio Del Toro, siguen el camino de la lógica científica, como CSI... y cuando llegan a confrontarse con la verdad, con el vampirismo, primero lo niegan para luego explicarlo en esos mismos términos, identificando al virus y su increíble capacidad de expansión y contaminación.

La entrada es una oda al Drácula de Stocker. Así como en el Londres victoriano llega la maldad, cierta noche, en un barco maldecido por una enfermedad que no deja a nadie vivo y que transportaba cajas con tierra "experimental". Así, en la Nueva York del síndrome terrorista, llega también una noche, un avión proveniente del viejo mundo, el cual transporta una caja desconocida de enormes proporciones y al aterrizar, no es más que una enorme tumba, ya que todos los tripulantes están muertos (casi), es el inicio de la expansión del virus.


Nocturna es el primero de la Trilogía de la Oscuridad. Habrá que esperar los siguientes dos: Oscura y Eterna.