domingo, 24 de agosto de 2008

Los Muertos Bailan (III)


Desde que formaron la banda en Melbourne y se movieron a Londres, la integridad de Dead Can Dance se basaba en la fusión de sus talentos, de sus voces y también de su relación íntima. Al terminar ésta, físicamente se separaron Lisa y Brendan pero la creación resultó ser más poderosa y sobrevivió a la distancia, que no fue un distanciamiento espiritual, sino carnal.

Así crearon otras dos obras maestras de la música "
Whitin the Realm of a Dying Sun" y "The Serpet's Egg", cada más eclécticas, cada vez más fusionadas, abriendo puertas a otros artes incluso. En este tiempo colaboran con la película El Niño de la Luna de Augustin Villaronga, que participó como selección especial de España al festival internacional de Cannes. El director convenció a Lisa de participar haciendo su debut como actriz.

En este tiempo también compusieron música para un concierto en la Iglesia de St. Peter y crecieron musicalmente, saliendo de escenas más incisivas y entrando a una música más reflexiva.

Personalmente he de decir que escuchar estos discos.... es tomarse un día en el mar, sin sol, con brisa y sin gente. Y me atrevo a aconsejar a quien vea el video de "The Host of Seraphim" y no se conmueva al punto de sentir un vacío entre pecho y espalda, que mejor le es nacer de nuevo, porque algo de humanidad se le ha de haber perdido en el viaje empedrado.




Tributo aquí a la espléndida voz de Lisa y a la energía de Dead Can Dance, aprovechando algunas reflexiones con Lisa Gerard y Brendan Perry.

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