jueves, 12 de marzo de 2009

Twilight, la película


Por fin me he atrevido a comentar la película de "Crepúsculo" que desde el año pasado andaba por allí, resistiéndose a ser recordada. Antes que dé mi humilde punto de vista, quisiera resaltar un aspecto. Siempre he considerado que el cine y la literatura deben guardar su pureza e independencia como artes, es decir, cada uno tiene sus propias narrativas, estéticas y técnicas, por lo que comparar una película únicamente de acuerdo a si se acerca o no al libro, para mí, es perder el tiempo, porque son dos artes distintos, aunque complementarios, como todo el arte. Si el cine me cuenta la misma historia que el libro, pero con su propio lenguaje estético y narrativo, y lo hace bien, me gusta. Aunque incluso no me gustase el libro, o viceversa. En este caso particular, la película obtuvo el mismo efecto en mí que el libro de donde se origina y basa, patético. Sobre el libro ya escribí aquí. Ahora sobre la película, ¿por dónde comenzar? Bien, por el principio, el tema central es el amor cuasi imposible entre dos seres que por circunstancias que están fuera de sus manos, desean estar juntas pero no pueden o se les hace difícil y "el universo conspira en contra de su amor". Como en una telenovela mexicana, en donde él es rico y de "buena familia", mientras ella pobre y de orígenes "humildes"; aquí él es vampiro y "de buena familia" (elegantes, bellos, inteligentes, ricos, etc.) y ella es, normal. Sin embargo posee algo especial, algo que nuevamente nos dará la moralizadora lección que las apariencias engañan y que no hay que juzgar a primera vista, ya que "hasta los normales" son especiales y dignos. El factor sobrenatural en este caso, es meramente un recurso secundario que justifica la diferencia entre los seres amantes, lo que constituye a su vez, la complicación del amor. Las únicas actuaciones que me parecen rescatables, son las de la protagonista, Bella Swan (interpretada por Kristen Stewart) y la de su padre, (interpretado por Billy Burke). La peor, la del galán de la película, Edward Cullen (interpretado por Robert Pattinson). ¡Por favor! en vez de vampiro parece un zombie pálido que nunca sabe ni donde está parado, anda caminando como con la boca abierta preguntándose a dónde se dirige. Su pose misteriosa la convierte más bien, en una postura de eterno sufriente, como virgen dolorosa, siempre acongojado, como alguien que a cada segundo te quiere pedir disculpas por existir. El colmo, la escena en donde Bella se sienta a su lado en una clase. Supuestamente el personaje (vampiro), ya se ha hatiuado a convivir con los humanos y a que no le afecte la tentación de su sangre, pero no puede resisitr el seductor aroma de Bella y desea poseerla, es decir, su sangre; la clase se convierte en un martirio y finalmente sale huyendo. En la actuación, más bien parece que el vampiro todopoderoso y leedor de mentes ajenas, sufre de un extraño ataque de picazón en la barriga, se encoje como si hubiese comido chicharrón con frijoles rojos y tocino, ir al sanitario parece un acto urgente y casi imposible. De los efectos especiales, sólo merece la pena resaltar el momento del accidente en donde Edward C. le salva la vida a Bella S., con su rapidez y fuerza sobrenatural. La manera como escala los árboles, es realmente cómica, recompensada únicamente por un paneo de cámara que nos muestra una vista excepcional de valles, montañas y el río. La banda sonora, sinceramente, ni la recuerdo. Ha de ser un poco más de lo mismo, algunas canciones pop, otras rock pop de hits Mtv. Y para poner la guinda al pastel, qué les parece: vampiros sin colmillos. Ni cuando pelean, ni cuando besan, ni cuando amenazan, nada. Igualmente habrían entonces, supongo, vehículos sin llantas y naves espaciales sin estrellas. Creo y vuelvo a repetirlo, que es demasiado el esfuerzo de Hollywood por construir su propia versión de J.K. Rowling y su fenómeno Harry Potter.

lunes, 9 de marzo de 2009

Flashback a: The Fields Of The Nephilim


Comentando la serie televisiva "Fallen", inevitablemente recordé a una muy buena banda de antaño, ochentera, inglesa y gótica. Se trata de "Fields of the Nephilim". Como a muchas de estas bandas, no la conocí en los ochenta y ni por medio de alguna tribu urbana dark ni nada por el estilo, fue por casualidad en una tienda de discos usados de la ciudad de Lund. Era estudiante becado y debia encontrar distracciones poco onerosas en qué entretenerme durante los tiempos libres (algo difícil en un país tan caro como Suecia). Así que mientras husmeaba por la tienda de segunda mano buscando alguna joyita olvidada en sus estanterías, qué se yo, algún tesoro sacrificado por "X" estudiatne que en su desesperación por unas Coronas, hubiese vendido hasta el alma para comprar un libro, para un par de cervezas o para su siguietne dosis; hallé "Revelations", un disco doble que reúne varias pistas del grupo grabadas en sus tres discos anteriores.

Desde el momento en que pedí probar el disco y atronó la voz profunda del señor McCoy en mis audifonos, supe que el grupo tenía altas probabilidades de entrar a mi Panteón personal. Lo compré y me dediqué a dar largas caminatas por los bellos parques de la ciudad, escuchando su música. (Algo interesante de estos ejercicios es que cuando uno camina con los audífonos puestos, llega un momento en donde la realidad toma ritmo y se convierte en un gran videoclip de lo que estás escuchando. Con esta música, los mejores efectos los lograba en caminatas nocturnas y con alguna cerveza escandinava entre pecho y espalda)

A la voz profunda del señor McCoy le acompaña una guitarra histriónica, algo psicodélica, que suena como si le hiciese burla, pero que logra un efecto de contrapunto agudo a la grave voz; el bajo es algo ácido, precario, clásico del goth, a lo The Cure en el Pornography o a lo Joy Division; el look de la banda es también ya un clásico que los distigue y en parte, al género: ropas oscuras, algo talladas (pero no cuero heavymetalero), gabanes, lentes oscuros y el toque es el sombrero "cowboy" que cubre la cabeza, pero deja salir las melenas sueltas. En definitiva, un look muy a lo "Sisters of Mercy". De hecho, creo que en mucho, Fields of the Nephilim es un copia de los "Sisters".

Pero eso no le quita calidad musical y además, dicen por allí que el único original, fue Adán. Esta canción es de las mejorcitas "Preacherman".




jueves, 5 de marzo de 2009

Fallen


Fallen, son ángeles caídos. Es también el nombre de una mini-serie de televisión que por divina casualidad disfruté la semana pasada, en una cálida noche de insomnio sin alcohol. Verán, por trabajo viajé a la ciudad de Panamá la cual goza de un clima por arriba de los 35 °C, un infierno para un ser hecho para el frío y el viento, como yo. Generalmente recurro a una o dos (+ -) copas digestivas para conciliar el sueño en ambientes como éste, pero resulta que la sobremesa duró más de lo conveniente, el bar cerró temprano, la ciudad estaba muy lejos y el cuarto no contaba con refri alguna (ni sus botellitas por supuesto). Tenía aire acondicionado, pero el mal estaba hecho, tuve insomnio, así que encendí la tele dispuesto a ver cualquier charada.

Mi sorpresa fue econtrarme y deleitarme con esta corta serie de tres capítulos que para rematar y compensar mi suerte por la ausensia de las bebidas relajantes, a los de HBO se les ocurrió transmitirlos de una sola tirada durante la noche y madrugada, sólo me hicieron falta los poporopos y una mejor excusa para mi apariencia de la mañana siguiente.

¿De qué trata?
Un adolescente que está cumpliendo sus 18 años de edad (Aaron Corbett, interpretado por Paul Wesley), empieza a tener pesadillas recurrentes sobre batallas y voces que le llaman de manera extraña, casi lastímera. Resulta que él es un Nephilim, que son hijos engendrados por ángeles en la tierra, cuando desposan mujeres humanas. Pero no es cualquier hijo de ángel caído, él es el "Redentor" que una profecía anuncia como aquel que puede hacer volver a los ángeles caídos, al paraíso perdido. Eso implica que todo aquel ángel caído, harto de estar por la tierra, quiere ser redimido y vuelto de donde vino. Aaron tiene el poder de hacerle volver. La cosa se pone buena cuando entran en juego una camarilla de ángeles vengadores, llamados "Los Poderes", que son una especie de batallón paramilitar celestial, a quienes se les ha encargado la tarea de "limpiar" la Tierra de aberraciones divinas como los Nephilim. Para ellos, Aaron no es más que una de éstas escorias. Sin embargo el más poderoso de Los Poderes, su comandante Camael (interpretado magníficamente por Rick Worthy), se vuelve digamos... creyente de la profecía y es desde un inicio, el protector de el Redentor. Lucifer por su parte no se queda quieto y suelta a Azazel, primer líder de los caídos y amante de la carne y sus placeres, para que conduzca a Aaron hacía él.

Las peleas entre ángeles caídos, Poderes, Lucifer, el Redentor, Ariel, Azazel, Camael y tantos otros ángeles y Nephilims se da con espadas flamantes con fuego de ángel y exposición de alguna que otra arte marcial. Todo muy místico.

¿En qué se basa la historia?
Al inicio de cada capítulo se expone una corta introducción sobre la leyenda que dice haber existido, después de la Creación, un grupo de ángeles en rebelión guiados por Lucifer; quienes fueron derrotados y expulsados del cielo. Algunos de ellos eligieron vagar y expandirse por la creación, relacionándose con el humano hasta el punto de copular con las mujeres mortales, quienes engendraron a sus hijos. El creador enfurecido, mandó inundar la tierra (diluvio) para acabar con tal aberración, pretendiendo dejar únicamente a la línea de Noé sobre la Tierra, pero algunos caídos sobrevivieron.

Por mi parte agrego que éstos seres son de lo más especial y que han captado mi interés durante años. A los llamados Nephilim, se les nombra bíblicamente como malévolos gigantes domindadores de la Tierra. Se supone que uno de ellos, si no el último, fue Goliat, asesinado por David de un hondaso. Hay mucha tinta corrida al respecto de los Nephilim, para unos existieron, para otros, no; para unos aún existen; para otros no son los que cayeron del cielo, sino los que decidieron quedarse en al Tierra; para otros no pertenecen a la misma caída de Lucifer, sino a la de Azazel; para otros no fue Azazel el líder, sino uno de sus capitanes y el verdadero líder fue Semyazza.

En fin, lo que sí es seguro es que los Nephilim aparecen apegados a la creación. Textos judíos apócrifos hablan muchísimo sobre ellos, me refiero especialmente a los libros de Enoch (Henoch, Henoc), que merecerían unos cuantos posts aparte. Éste profeta, fue el primero en verter profecías apocalípticas, ya veía el final de los tiempos y las batallas divinas por desarrollarse. Fue el antecedente más lejano de Juan y su Apocalipsis, fue ascendente de Noé y desendiente de Set. Ascendió astralmente a los cielos y (creo) a los infiernos, sin haber muerto. Presenció a los ángeles y hasta le habló el mismísimo creador. Luego escribió lo que vio y lo que le fue revelado. El único problema es que los judíos no lo aceptan en su canon oficial, ni los cristianos tampoco, salvo algunos ortodoxos.

Para los primeros teólogos cristianos, sí existieron los Nephilim, después de San Agustín, ya no.

Interesante es otra versión que se tiene de la existencia de éstos seres y cómo llegaron al mundo. Una que en lo personal, encuentro más fascinante. Resulta que no hubo una sola caída de ángeles, sino varias, o por lo menos dos. Una, la más fuerte, guíada por Lucifer y cuyo motivo fue la crítica, el cuestionamiento, la pregunta, (dicen) el orgullo. Y la otra, guiada por Azazel. Ésta tuvo motivos más carnales. Éstos ángeles tenían la misión de "observar", contemplar, la creación. Se maravillaron tanto de ella, que la amaron casí o más que a su propio creador, llegaron a adminar tanto al Hombre, que rompieron la barrera y hablaron con él, le enseñaron sus secretos, a usar el fuego, los metales, las armas, las herramientas, los embellecedores, etc. Luego no resistieron la tantación de las hijas de los hombres, y las tomaron por esposas, es decir, copularon con ellas. Siendo sus hijos, mitad ángles, mitad humanos. Los llamados Nephilim.

Para mí, los caídos por Lucifer representan la ciencia y el conocimiento. Mientras que Azazel fue el primer humanista, el que amó al Hombre por su naturaleza y confió en él para comparitr sus secretos. El que se ensució las manos ensñando a trabajar. El que disfrutó el placer de la sexualidad y de la belleza.

Pero todas estas leyendas serán otros posts por venir, hay mucho qué hablar.