Guatemala es uno de los países con mayor índice de población juvenil en el mundo. También es uno de los que mayor índice tiene de mortalidad infantil, y además, de muertes violentas de jóvenes. Al escuchar, convivir y sufrir las historias de violencia que no por cotidianas, dejan de ser atroces e indignantes, uno llega fácil a la conclusión de que "es parte del fenómeno general de violencia".
Pero no, hay algo de erróneo en ello. No sólo es el número perdido dentro de un número más amplio y estadístico. Hay toda una amalgama de situaciones, de pensamientos, de imaginarios que sustentan y reflejan una especie de miedo-odio a la juventud, al "ser" joven. Fuera de ser un germen del futuro y transcendencia de la especie, pareciera ser vista e interpretada como el germen pero de la maldad, de la inocuidad o de la barbarie. Sus códigos parecen ser nunca correctos, sus manifestaciones identitarias atentan contra cualquier cosa, como sistema los usamos de excusa para el futuro pero en realidad los postergamos a la periferia y les castigamos por ello.
En Guatemala lo homicidios de personas de 5 a 30 años representan más del 60% de asesinatos en un país que "ostenta" un promedio de más de 5 mil muertes violentas al año. Además es en donde la víctima es la primera sospechosa a investigar por el delito de "provocación" o de "andar metida en algo". Estas crónicas llamadas "de la Guerra contra los Patojos", pretende contar algunas historias que tienen como hilos conductores la juventud, la violencia en su contra y sobre todo la indignación como fuente de lucha.
Parecieran fantasías, y ojalá lo fueran.
Pero no, hay algo de erróneo en ello. No sólo es el número perdido dentro de un número más amplio y estadístico. Hay toda una amalgama de situaciones, de pensamientos, de imaginarios que sustentan y reflejan una especie de miedo-odio a la juventud, al "ser" joven. Fuera de ser un germen del futuro y transcendencia de la especie, pareciera ser vista e interpretada como el germen pero de la maldad, de la inocuidad o de la barbarie. Sus códigos parecen ser nunca correctos, sus manifestaciones identitarias atentan contra cualquier cosa, como sistema los usamos de excusa para el futuro pero en realidad los postergamos a la periferia y les castigamos por ello.
En Guatemala lo homicidios de personas de 5 a 30 años representan más del 60% de asesinatos en un país que "ostenta" un promedio de más de 5 mil muertes violentas al año. Además es en donde la víctima es la primera sospechosa a investigar por el delito de "provocación" o de "andar metida en algo". Estas crónicas llamadas "de la Guerra contra los Patojos", pretende contar algunas historias que tienen como hilos conductores la juventud, la violencia en su contra y sobre todo la indignación como fuente de lucha.
Parecieran fantasías, y ojalá lo fueran.
1 comentario:
Qué bueno que alguien trate este tema. Ciertamente, este sector, el de la juventud, es de los más olvidados e incomprendidos.
Saludos,
Peto
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